Este momento histórico que vive Colombia, lo que realmente importa, lo que realmente se necesita, son personas dispuestas a contribuir con su compromiso y con sus ideas, a cambiar una “Realidad de Corrupción Dictatorial” por una “Realidad de Ética Democrática”.
La lucha contra la corrupción es difícil porque está enquistada de tal forma en nuestras instituciones que cuando se aniquila un virus ya hay otro que está penetrando de la manera más impensada.